El trabajo de Franz Wieacker, que ahora se publica, tiene sobre sus espaldas una cierta antig ¼edad data del año 1955, pero se conserva joven y fresco. Para nosotros, puede, además, constituir una muy actual enseñanza.Un principio general de buena fe es algo que se podía, sin discusión, considerar existente con anterioridad, consagrado por una reiterada opinión de la doctrina de los autores y por las decisiones jurisprudenciales por vía de generalización de las múltiples aplicaciones que tanto el Código civil como las leyes especiales realizan.Luis Díez-Picazo y Ponce de LeónCatedrático Emérito de la Universidad Autónoma de Madrid