De no ser por la proximidad de los hechos, El Problema de Venezuela, sería una historia política crítica que cubre casi un tiempo generacional, 1998-2016. Es la explicación progresiva, año tras año, desde el visor que ofrece cada año en su circunstancia y con sus limitaciones, de las probables o posibles tendencias del proceso que implica la llamada revolución bolivariana, luego mudada en socialismo del siglo XXI. Su lectura, en efecto, permite entender cómo se instala dicha experiencia autoritaria y de corte fascista por la vía electoral, forjando y forzando luego cambios constitucionales; desafiando, incluso, realidades geopolíticas internas y externas como sus valores democráticos dominantes. Comenta la crisis del 11 de abril de 2002 y el alcance de las mediaciones internacionales e intentos de solución electoral de esa crisis por parte del Centro Carter y la OEA, como las traiciones que ayudan a drenar la conflictividad política antes de que la propia revolución se sobreponga y logre crear una realidad social y legal paralela al orden constitucional vigente: el estado comunal marxista, de espaldas a la Carta Democrática Interamericana. El problema de Venezuela, desde sus páginas, junto con describir el totalitarismo comunicacional que se impone para la forja de un pensamiento único e impedir las disidencias, también considera el porqué de las dificultades que encuentran la sociedad democrática venezolana y sus partidos políticos, viejos y nuevos, para ponerle término a esa experiencia de falseamiento de la democracia y de instalación de la mentira como política de Estado, paulatinamente coludida con la criminalidad internacional, y que incluso, es capaz de desafiar, a su término, las derrotas que recibe por medios civilizados, como el voto popular. Los títulos de la obra (I. Para comprender la Venezuela posdemocrática; II. La democracia, víctima de la democracia; III. Se entroniza el socialismo del siglo XXI; IV El final de la república y su hegemonía comunicacional; V. La lucha agonal por la refundación de la república), ordenan y recogen en sus capítulos los referidos escritos y papeles del autor, y dan cuenta de su perspectiva de los hechos venezolanos durante 19 años, de los que ha sido testigo de excepción; sea por haber participado, en 1992, a pedido del gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, como interlocutor "académico" con los golpistas del 4-F, sea por haber sido ministro de relaciones interiores y encargado de la Presidencia de Venezuela, en 1998, en el año en que éstos asumen el poder por la vía electoral. La obra, en suma, es narrativa y testimonial, pero además desnuda y pone por sobre lo circunstancial el verdadero problema de Venezuela a lo largo de su historia republicana, a partir de 1810 y 1811, es decir, el problema de los venezolanos para desandarse de sus dos mitos o taras genéticas; esos que les impiden alcanzar la emancipación social y madurez democrática: el mito de El Dorado y el mito del gendarme necesario.