«La clase ha unido y dividido a Gran Bretaña desde los tiempos de la Revolución Industrial. Ha unido porque la clase es ampliamente aceptada como la quintaesencia de lo británico, algo que todos podemos compartir, un lenguaje, una herencia. Y ha dividido porque la clase no es una mera tradición romántica o una idiosincrasia curiosa, sino que nace de la explotación en un país donde una pequeña elite ha poseído la mayor parte de la riqueza. Este libro comienza en 1910, cuando la generalidad de la población británica pertenecía a la denominada clase trabajadora “tradicional” –cualquiera que trabajara con las manos–; y aunque un siglo después ya no sean así las cosas, la mayoría de la gente todavía se sigue considerando parte de esa clase trabajadora. En estas páginas cuento su historia.» (Selina Todd)