Como práctica de escritura interlingüística y lugar de intersección y negociación, la traducción es uno de los mecanismos de creación de identidades. Partiendo de un corpus de más de 700 traducciones, y apoyándose en los estudios del nacionalismo, este trabajo nos descubre las variadas formas en que la traducción sustentó representaciones de la nación mexicana ya desde inicios del periodo novohispano, y pone de manifiesto su papel fundacional en la construcción de la cultura letrada.