El paisaje de nuestra vida cotidiana está constituido en su mayor parte por imágenes, gracias a las cuales nos orientamos en el tiempo y en el espacio, definimos nuestro comportamiento y decidimos nuestras actitudes. Todas esas imágenes son fruto de un proyecto, surgido de modo inconsciente o elaborado según una función muy precisa. En este sentido, la historia del mundo está determinada por su diseño. Con la llegada de la modernidad, emergió la figura del diseñador, propiciando así un campo cultural definido genéricamente como visual design, cuyo cometido es idear los modelos de la comunicación visual de masas, desde la gráfica editorial al etiquetado de los productos, desde la señalización a las interfaces informáticas.La presente obra indaga acerca de la compleja y huidiza naturaleza de este universo. En la primera parte se debate el concepto de la “imagen” como “representación”. En la segunda se desvela el valor mítico de algunas imágenes cotidianas. La tercera describe su presencia multiforme en nuestra vida diaria. Y en la cuarta, finalmente, se analizan los rasgos culturales del visual design y de la imagen cotidiana contemporánea.