A la vuelta del nuevo milenio, Argentina consolidó su inserción en el mundo globalizado, sufriendo transformaciones económicas que afectaron radicalmente la trama social, política y cultural del país. Cual mecanismo sismográfico, la producción fílmica no tardó en hacerse eco de los cambios que encontraron su correlato en una revolución de las formas y los contenidos estéticos. Alternativa al cine político de los 8o y al cine comercial estilo Hollywood, la nueva corriente que emerge en los 90 plasma en su superficie individualidades que se definen por el consumo, la ética mercantilista y su desapego a las estructuras sociales tradicionales. Aunque de carácter muchas veces críptico, una mirada atenta sobre estas obras rupturistas permite recrear los mecanismos de interpretación inscriptos en su interior en pos de una activa participación del espectador. Este libro indaga, de manera sistemática, en el carácter de las individualidades que habitan dichos mundos, el modo de interactuar con su entorno, así como en la relación que las nuevas estéticas cinematográficas establecen con el contexto cultural y con el espectador. Algunas de las preguntas que encauzan la discusión que propongo son: ¿Cuál es la lógica que rige el sistema social en la era del consumo? ¿Realmente somos más libres hoy que antaño? Si ya no respondemos a las instituciones modernas tradicionales (familia, trabajo, educación), ¿qué es lo que nos organiza la vida? ¿Qué formas toma el ejercicio de la memoria en una sociedad traumatizada por la violencia estatal y atravesada por la monumentalización del recuerdo? ¿Cuál es la posición ética del cineasta en cuanto a los nuevos modos de ser en sociedad y cuál es la dimensión política de obras que parecen enfocarse, a primera vista, en lo cotidiano, lo privado y lo superfluo?