El tiempo, el humo, el pasado, confirma la voz juvenil y acendrada de un viejo poeta, Joaquín Gurruchaga, vasco de San Sebastián nacido en 1910. Su primer libro, Últimos poemas (Calambur, 1995) señalaba la revelación de un poeta hasta ese momento desconocido, pese a la labor silenciosa de toda una vida. Es precisa mucha sab iduría, decantada por el tiempo y la vigilia constante de los sentidos y la memoria, p