Esta obra trata de analizar, en un amplio contexto, las transformaciones experimentadas por los santuarios ibéricos a partir de la conquista romana. El trabajo versa sobre santuarios principalmente iberos e iberorromanos, pero hace también incursiones en otros púnicos, célticos y celtibéricos. En todos ellos se plantean problemas relacionados con su estructura física, con su organización, con los objetos que servían como exvotos, con su adscripción cultural y su evolución cronológica.