El 22 de marzo de 1950 murió el pensador francés Emmanuel Mounier. Su vida y su obra estuvieron dedicadas por completo a perfilar filosóficamente y a estructurar en forma de movimiento –sobretodo alrededor de la revista Esprit- una inspiración básica, desplegada en un conjunto de ideas y de propuestas para la acción: el lugar central de la persona humana en la vida social. Es así como surgió, frente a los dos reduccionismos antitéticos del individualismo (burgués) y del colectivismo (comunista o fascista), el “personalismo comunitario”. El conjunto de los trabajos recogidos en este volumen contribuye a enmarcar la tradición personalista en su contexto histórico y filosófico y muestra su proyección en el País Valencià, a la vez que ilustra la vigencia de los planteamientos personalistas en la era de la mundialización.