confieso que desde siempre me he sentido impulsado a abrir ventanas y a romper fronteras para otear el horizonte y salir al encuentro de aquellos que geográfica o psíquicamente parecen organizar su vida lejos del evangelio de jesús y de su iglesia. ellos tienen derecho a que les sea el auténtico jesús del evangelio, y se puedan confirmar en él o convertir o reconvertir a él.