Muchas veces nos movemos por caminos insospechados, antes de cruzarnos con nuestro verdadero destino. Sonia Uzárraga descubrió que el sentido del sufrimiento no es otro que el poder brindar soporte y consuelo a quienes lo necesitan; la autora nos comparte las anécdotas que llenan su día a día, desde que encontró su misión de vida en el servicio a los demás. Esta historia nos recuerda que el cuerpo y el espíritu no están divididos, sino que se reflejan mutuamente como dos formas complementarias del Ser. Una obra que redimensiona el cuidado de sí mismo como una forma de acceder a las profundidades del alma humana…