El Estado Islámico, ese movimiento yihadista que ya controla buena parte del noreste de Siria y del noroeste de Irak, aparece tan determinado y seguro de sí mismo como confusa toda la región que lo rodea. No constituye en absoluto un Estado nuevo, dado que rechaza la noción de frontera y no les presta atención alguna a las instituciones. En contrapartida, nos enseña mucho acerca de la situación en Medio Oriente.