Nos cuenta la historia de Lena, una niña muy soñadora y vivaracha, y su día a día con su familia: las noches de juegos, cuentos y peleas de almohadas antes de dormir, el despertar intenso pegando botes en las camas, ese olor a cacao de mantequilla que les llega desde la cocina y les dice que su mamá y su papá ya están abajo para desayunar, y mientras, contar historias maravillosas todos juntos. Así empieza, pero no todo es feliz en este cuento. La familia de Lena tiene un revés importante, y eso afecta al ánimo de todos, y obviamente a esos momentos maravillosos de los que he hablado antes.