La experiencia personal y profesional ha posibilitado a la autora la comprensión de un fenómeno creciente: el de las familias que, por diversas razones, deben mudarse temporariamente a otros países. Diplomáticos, becarios, estudiantes, profesores universitarios, ejecutivos de empresas, deportistas, empleados de organismos internacionales y militares están entre los principales afectados. Mujeres y varones a los que la mudanza les llega cuando ya han formado una familia, lo que obliga a todo el grupo a transitar las vicisitudes del cambio. Y la autora realiza una distinción fundamental a la hora de tener en cuenta a todos los que emigran de los países de origen: “La característica del migrante transitorio es que no puede echar raíces; el expatriado en tránsito sabe que se va a ir. No debe tirar anclas.” La obra tiene una interesante fundamentación teórica, y a su vez es muy rica la experiencia que transmite, con el relato de tramos de historias de vida de quienes pasaron por la experiencia. Al tener la perspectiva del grupo familiar, la autora puede dar cuenta de lo que sucede a todos los miembros de las familias en tránsito: los niños, los adolescentes y los adultos. Libro destinado principalmente a quienes viven esta experiencia, se constituye en una valiosa herramienta para la comprensión y el mejor pasaje por la situación que les ha tocado vivir.