El psicoanálisis de Sigmund Freud ha marcado, sin duda, el devenir del siglo veinte y conserva su potente influencia hasta hoy. Más allá de la resistencia o fascinación ante estas teorías, su inusitada vigencia obedece a que se inscriben en los orígenes mismos de nuestra cultura y con ella tenemos siempre una relación ambivalente que el psicoanálisis asume como un problema propio. Luis Pérez explora aquí un aspecto crucial de ese diálogo, deteniéndose especialmente en la conexión existente entre la mirada de Freud y sus orígenes judíos. Una relación ambivalente, conflictiva y enriquecedora que no hace más que poner en evidencia tanto las contradicciones como los aciertos de una obra en permanente discusión.