Desde quienes trazan una equivalencia sin matices entre prostitución y explotación, hasta quienes reivindican el derecho individual a decidir sobre el cuerpo (incluso cuando se trata de tener algún tipo de relación sexual por dinero), el comercio sexual ha sido eterno tema de debate, desde el punto de vista jurídico, moral, económico, político y, más recientemente, desde la óptica de los estudios de género.