Catherine Escobar Naranjo da inicio a uno de sus poemas con la siguiente frase: «Nací mujer», como sentencia de un funeral. La bestia, la araña, la madre, la amante, la abuela, la hija, y todas las que caben en un ataúd, habitan la poesía calcinante de quien guarda cenizas como palabras. Funeral es una obra que confronta las pequeñas muertes con las que habitamos, los amores enterrados, los hijos no nacidos y las mujeres que ya no somos.