Proponer una reflexión acerca de la Globalización y de la sintomatología social, adquiere una magnitud sideral, si se admite la transformación vertiginosa del conedmlent» en el último siglo y de sus inevitables repercusiones en la relación del hombre con el mundo. Pese a lo ambicioso de la propuesta, su pertinencia es innegable come centínuídad de un proceso que inició el Homo Sapiens, ante la urgencia de resolver los enigmas que surgieron con la observación, el asombro y la incertidumbre implícitos en el afán de sobrevivir. Es también una iniciativa oportuna, por la importancia de ser partícipe de una sociedad en contínua evolución, no siempre cen los mejores resultados en términos del bienestar general, que sería deseable para los hombres y para el entorno natural que lo acoge, sin el cual no puede sobrevivir.