Todas las personas nacen con algún tipo de habilidad especial, pero la habilidad hay que nutrirla y desarrollarla. Y, en el campo de lainterpretación, es esencial para cualquiera que quiera triunfardescubrir la verdad de sí mismo, no intentar parecerse a nadie porfamoso y admirado que sea. Esta es la paradoja del oficio de actores y actrices: al actuar, no puede notarse la preparación, pero lapreparación es imprescindible. Bernard Hiller, después de su yaclásica guía Deja de actuar, empieza a vivir, cuenta en este nuevolibro cómo ha ayudado a muchísimos intérpretes de fama mundial aconocerse y descubrir su identidad real.