Catalina es una novicia desencantada. Abandona a la mala el convento y se oculta en uno de los protectores castaños de Guipúzcoa. Allí confecciona con sus hábitos de monja unas elementales prendas de varón. Después de corta el pelo, y ya está lista con su nueva indumentaria para vivir por su cuenta sin tener que dar razón de sus actos.