Lo novedoso de estas líneas es que, además de hacer dialogar a las estrellas de la pedagogía kentenijiana con teorías educativas actuales que nos dan luces como educadores para afrontar estos desafíos, el autor nos devela y comparte-desde una perspectiva actual de la realidad escolar, fruto de su experiencia pedagógica y de la vinculación personal con jóvenes-un método sencillo, posible y concreto para el cultivo de una atmósfera educativa, mediante tres preguntas que abren infinitas posibilidades de encuentro y diálogo entre educador y educado: ¿Cómo estás?, ¿Dónde estás? y ¿En qué te puedo ayudar?”