La invasión de Darujhistan se cierne sobre el horizonte mientras el concejo se divide entre los que quieren plantar cara al Imperio y los que están dispuestos a declarar la neutralidad. Sin embargo, todos saben que su caída es cuestión de tiempo, y existen fundadas sospechas de la presencia de agentes de la Garra, una sinie stra organización imperial integrada por asesinos.