Las joyas han ocupado, desde tiempos inmemoriales, un importante lugar en la vida del ser humano como símbolo de estatus, pero también en relación con su bienestar. La combinación de piedras preciosas y diferentes metales, tiene un reconocido efecto terapéutico; y si a esto sumamos la influencia de los cristales sobre los centros de energía del cuerpo (chakras), no tenemos más remedio que reconocer que, en realidad, hay una estrecha relación entre estos, las piedras preciosas, los metales y la salud. El autor expone algunas patologías congénitas, que se han visto relacionadas con una joya heredada y, también, cómo algunos síntomas desaparecen o se atenúan notablemente cuando quien los sufre utiliza con frecuencia determinado cristal o piedra y además lo ubica sobre uno de los chakras principales, que son lo que rigen las funciones vitales del organismo. De otra parte, nos hace tomar en cuenta que toda pieza de joyería carga dos campos de fuerza: la de la pieza como tal, y la del poder de pensamiento del dueño anterior o de la persona que la regaló.