Hay en la personalidad de Julio Llamazares unas condiciones personales y creativas que lo hacen diferente de muchos escritores. Su infancia rural, las vivencias de la tradición, el sufrimiento sentimental de la desaparición de su pueblo, anegado por las aguas. Son factores determinantes de la originalidad de su obra, tan felizmente subordinada a la memoria. A ello se une su facilidad para el cultivo de géneros literarios diversos. Julio Llamazares se adentra en la literatura cultivando la poesía, con raíces que se hunden en la nostalgia de un pasado bucólico y legendario. Su labor literaria se complementa con la narrativa, en la que las variadas situaciones dramáticas con las que el hombre puede encontrase se transforman en sustancia literaria. El hombre es palabra y la palabra es testimonio de los pueblos. Nos interesa la palabra eternizada en los signos indelebles de la escritura. Pero queremos también transmitir el eco de su voz, el tibio aleteo de sus autor es como complementación de lo escrito. Somos conscientes: verba volant, scripta manent. De ahí el sueño de este proyecto editorial.