es difícil presentar una obra, más cuando se trata del trabajo de una persona a la que se le respeta. no siento que tenga mérito para hacerlo, pero cuando los amigos solicitan unas líneas introductorias, queda uno obligado por razones que sólo el tiempo y la relación académica pudieran explicar. muñozcano eternod, estudioso jurista, maestro por vocación, ha procedido en esta investigación a enfrentar dos cuestiones sustanciales: el derecho a la información y el derecho a la intimidad personal. durante los últimos años, el tema del derecho a la información ha surgido de forma paulatina con mayor fuerza en el país ante el reclamo cada vez más exigente de la sociedad, porque la labor de los servidores públicos sea transparente. los mexicanos estamos interesados en saber de los procedimientos de selección de los funcionarios, en qué forma se usan los recursos del estado e, incluso, de las razones que tienen los juzgadores para dictar, de una manera u otra, sus resoluciones. no es que los compatriotas duden de la honestidad de los juzgadores en general, capaces lo pueden ser, y la mayoría de las veces lo son; pero de tiempo en tiempo, no encontramos explicaciones a algunas resoluciones que se interpretan como producto de la `línea` o la orientada corrupción. cuando hablamos del derecho a la intimidad o de los asuntos personales, todos estamos de acuerdo en que hay un límite cuya invasión no debe ser permitida bajo ningún argumento, menos como razón de estado. cuando señalamos los habitantes de este país, que es un tema trascendente, y lo será durante la próxima década en el mundo, nos referimos a que esa intimidad está pretendiendo ser reducida a la nada por las autoridades.