El manifiesto propósito de Ercilla de ser historiador además de poeta, da a La Araucana un carácter más descriptivo que fantástico, y, precisamente, ese deseo de resaltar elementos y aspectos de la realidad ambiental, lo mismo que el hecho de llevar a límites inverosímiles el valor de los araucanos, hace de este escritor español la primera voz poética del alma americana que, mezclando mucha historia con un poco de fantasía, relata las hazañas de los nativos por tratar de conservar su libertad y sus propiedades frente a una fuerza, si no más numerosa, sí mejor dotada táctica y militarmente, y movida por una insaciable sed de riquezas y poder.