Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece? La protagonista empieza a intrigarse cuando nota que la mujer de la casa desaparece y quiere resolver el misterio pero todo se vuelve difícil porque el alcohol la deja con espacios de tiempo que no puede recordar.
"Excelente "
Luis Miguel Léon Sastoque Miércoles 10 de Agosto, 2016"Es un historia que mantiene al lector a la expectativa en todo momento, muy recomendado para las personas que les gusta los libros rápidos! "