“Quizás la más grande sorpresa que le espera a una persona tras la crisis de la muerte consista en el hecho de despertarse y darse cuenta de que está muerta. Cuando se intenta hacernos entender que estamos muertos, infaltablemente respondemos: ‘Imposible. ¿Por qué debería considerarme muerto si me siento más vivo que antes?’ Efectivamente, no sentimos que hayamos cambiado en nada. Todo lo que contribuye a formar la esencia de nuestra individualidad permanece inalterable; y, al mismo tiempo, también el ambiente inmediato en el que nos encontramos nos resulta familiar (…); y por eso no podemos creer en el estupendo fenómeno de estar efectivamente muertos. Estas primeras impresiones pueden definirse como ‘la sorpresa número uno’. Inmediatamente después me sobrevino la sorpresa número dos, la más maravillosa y la más reconfortante de todas…” Así comienza una de las treinta revelaciones trascendentales contenidas en este libro, en las que los Espíritus de los difuntos describen las fases por las que pasaron durante la crisis de la muerte y su ingreso en el ambiente espiritual, analizadas aquí por el gran investigador italiano Ernesto Bozzano, con criterio científico, a la luz del “análisis comparado y la convergencia de las pruebas”, método que Allan Kardec creó y aplicó por primera vez con miras a la elaboración de la filosofía espírita.