Este libro es una serie de ensayos que examinan la disminución de los niveles de desigualdad del ingreso en América Latina, a través de una variada muestra de análisis profundos para los casos de Argentina, Brasil, México y Perú. El libro pone de manifiesto los factores principales que pueden determinar esta disminución de la desigualdad, así como la dificultad de la reducción sostenida de esta y el rezago que existe en comparación con los países industrializados. Advierte sobre los retos que se deben vencer para lograr que una redistribución del ingreso contribuya a la disminución de la desigualdad.