Cómo vuelve a crecer un bosque que ha sido arrasado por el fuego? Cómo volver a abrir el corazón, cuando ha sido azotado con tanta violencia? Cómo darnos cuenta que el daño que sufrimos también responde a algo mayor, a un sistema hecho para mantenernos sumisas, calladas y utilizadas? Asumir ser mujer en una sociedad construida para el privilegio del hombre, significa comenzar un viaje sin retorno hacia la libertad. En La Garceta negra, Carla nos muestra el coraje que se requiere para enfrentar nuestras sombras y demonios, para derrumbar las estructuras que nos fueron impuestas, para comenzar a escucharnos tan atentamente que no dudemos nunca más de nuestra propia voz. Y al igual que el bosque quemado, que usa sus cenizas como nutriente para renacer de nuevo, Carla resignifica el dolor del desamor para plantar la semilla del amor propio, ese amor que se multiplica cuando lo compartimos para ayudar a sanar a quien se ha visto rota y sin salida. Esta es la historia de todas las mujeres que estamos dispuestas a dejar nuestra antigua piel para redescubrirnos, soltando la culpa y asumiendo, abrazadas unas con otras, la responsabilidad de ser libres y plenas.