El libro responde a una de las cuestiones pendientes de la historia y de muchos que durante tiempo nos hemos preguntado por qué los papas no condenaron la esclavitud hasta el siglo XIX y consintieron durante casi cuatro siglos la tragedia padecida por los habitantes del África negra. Nadie, nunca, ha dado una explicación satisfactoria. ¿Hubo silencia, permisividad, impotencia? Dejamos al lector que él mismo concluya después de leer este estudio riguroso y se gran amenidad.Aconsejable: historiadores y curiosos de la historia universal