En este libro su autor ha intentado describir lo conocido y separarlo claramente de lo plausible. Y reconocer asimismo la existencia de lo incógnito y de lo incognoscible. Ha considerado al hombre como la suma de las observaciones y de las experiencias de todos los tiempos y de todos los países. Marcado por la Primera Guerra Mundial, las atrocidades perpetradas y el sufrimiento humano, Carrel escribe la incógnita del hombre. Comprende que la guerra desata profundas crisis; esto lo lleva a reflexionar acerca de los medios con los que cuenta la ciencia para solucionar los desencuentros fisiológicos, psíquicos y espirituales del hombre en el mundo moderno.