La Llave, la primera novela de Esperanza Marzouka, constituye un auténtico viaje a la antigua Palestina. Se trata de una ficción basada no solo en su memoria afectiva y cultural sino en una profusa investigación histórica que reconstruye de manera fluida la atmósfera, costumbres y el tiempo de un drama narrado de manera coral que se expande en los barrios empedrados de Belén, Jerusalén y en todos los rincones de Palestina. En sus callejuelas angostas o entre parientes y vecinos que ven cómo sus barrios, sus casas, sus huertos ya nos les pertenecen porque todo está siendo brutalmente devastado. Porque todo ha sido, finalmente, ¡ocupado! La protagonista, Madeleine, es una maestra culta e independiente que participa en las primeras organizaciones de resistencia de las mujeres, primero contra la ocupación británica y luego contra el avance sionista, en una narración que parte en 1936 y termina a mediados de los años sesenta, cuando el exilio forzado va arrasando, al igual que las armas y las retroexcavadoras del invasor, con todo aquello que ella más ama.