En los poemas de la la palabra poética se muestra minada, cuando no en perenne agonía, por un sentimiento de derrota, signo esencial del poeta moderno, heredero de la tradición a la intemperie -como escribió Martin Heidegger en - inaugurada por Charles Baudelaire y seguida por la lírica contemporánea. Asistimos entonces a un contra punto entre la desesperanza y el amor, con una mediación ocupada por la asechanza de la muerte, que ronda cada poema de este libro. es un poemario hecho de personas, ámbitos, aromas, visiones e intuiciones dotadas algunas de una herramienta metaforización y otras de un decible poético que se sabe derrotado por la contundencia de la palabra cotidiana, aquella que hablan las víctimas y los verdugos, los vivos y los ausentes; en fin, los seres y los objetos que colman la del poema. Para decirlo con uno de sus poemas, , este libro es un rudo, descarnado y triste de aquello de la podría alojar, por ejemplo, en un país como Colombia, evocado aquí por sus ríos temiblemente cargados, por sus símbolos henchidos de desolación y de muerte, y por la anómala actividad de aquellas fuerzas oscuras que amenazaron con sepultar a todo un país anónimo y en muchos sentidos inocente. es un libro necesario para entender cómo la lírica puede involucrar en sus costuras el tejido histórico del mundo en que vivimos.