La educación es un arma, un pueblo educado es un pueblo capaz de elegir su propio rumbo. No hay objeción a esta certeza, sin embargo, las condiciones laborales de los maestros y el estado de la educación en México dejan mucho que desear. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación tiene décadas luchando por ello y contra el charrismo, contra la corrupción en sus entrañas. La primavera magisterial de 1989 fue un momento importan- te de la lucha en estos dos frentes, aunque los resultados no han sido los esperados.