Alex vive atrapada en un cuerpo en disonancia, en tránsito de una identidad sexual a otra. Detrás de su incansable lucha por obtener la concordancia que la naturaleza le negó, se esconde su más secreta obsesión: un antiguo amigo de la infancia. Esta es una historia descarnada, brusca, sin ambages, donde solo el amor, como sentimiento purificador, se mantiene incólume, redimido de las contradicciones internas del ser humano. «Queta García demuestra en La proporción áurea un talento excepcional para adentrarse en los recovecos del alma humana, insegura y torturada, y descubrirnos su luz y su fragilidad. Leyendo La proporción áurea me he sentido conmovido por su belleza y su lirismo, por el asombro ante una prodigiosa aventura literaria que nos acerca al umbral del precipicio». Carles Duarte. Esta obra obtuvo el XL Premio de Novela Camilo José Cela.