Ya no es banal que un filósofo busque ganar la vida reflexiva, que se piensa íntima, a partir de la vida cotidiana, que se piensa pública. Aún menos corriente es buscar en esta última un primer modelo de reflexividad, susceptible de renovar las filosofías reflexivas clásicas. Y lo es todavía menos descubrir que, para acceder a la reflexión, será necesario primero atravesar las zonas de desolación en las que la cotidianidad más bien parece atascarse y perderse Lo que aquí se propone es un efecto, una excavación en el subsuelo de la vida cotidiana ( ) Un libro asombroso y a la vez desconcertante.
"Llegó en el tiempo estimado y sellado. Respecto a la calidad, parece bastante buena."
Felipe Araya Miércoles 28 de Agosto, 2019"Físicamente cumplió mis expectativas , aunque recién empecé a leerlo , por eso no puedo recomendarlo"