Esta novela, protagonizada por Salvo Montalbano y su peculiar universo imaginario de Vigàta, refuerza aún más la personalidad del escéptico, irónico y en ocasiones melancólico comisario de policía. La aparente paz siciliana se ve truncada cuando una joven hermosa, mujer de un médico boloñés, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violín guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que también ha desaparecido. El comisario Montalbano inicia la investigación y no cree a nadie, no se fía de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso, pero él, ni hablar. Transitando los límites de la legalidad, deberá relacionarse y pactar con los elementos más indeseables del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.