Esta es, contra cualquier predicción, una novela de narrador curtido y, no obstante, es la primera que brota del ingenio de Ignacio Miquel. Compañerismo aventurero que no deja de pasmarnos al concluirla, pues la trapisonda de Julián transcurre sobre el mundo que tenemos a más a mano: el Madrid actual. Un espacio que oculta un envés para nuestra perplejidad que creíamos de sobra conocido.