Pereyra Iraola, el director del colegio, ha muerto en extrañas circunstan- cias. Amparito Conejo, la secretaria, perdidamente enamorada del muerto y segura de que se trata de un crimen cometido por alguien del colegio, se jura encontrar al asesino.
"Pude gracias al cumplimiento de lo prometido en la compra, haber satisfecho mi expectativa respecto a ésta excelente obra."