El Mediterráneo ha sido cuna de numerosas ciudades. En él, la urbanización que, tarde o temprano, lleva a conceptos como la urbanidad y la ciudadanía, y a la emergencia de ciudades dominantes está presente desde antiguo y ha marcado profundamente sus orillas. Estas ciudades han conocido tiempos de esplendor, pero también eclipses y períodos más o menos largos de letargo. Un tirón demográfico las despertó en el paso del siglo XIX al XX.