En el tránsito del Quinientos al Seiscientos la ciudad de Las Palmas experimentó una gradual transformación en el papel que desempeñaba dentro de la economía y jerarquía regional hasta ese momento. En esa fase temporal, tras la crisis de las exportaciones azucareras que tanto habían beneficiado al grupo de poder insular, la ciudad vio mermado su predominio como núcleo central regional en favor de otras urbes