El autor nos lleva de la mano a conocer la vida de un artista plástico al que desde niño estigmatizaron diciéndole que "nació marcado". En la búsqueda de ésta señal, desde su más tierna infancia, se le presentan una serie de fenómenos mágicos y personajes extraños que lo acompañaran llevándolo por sitios y lugares fantásticos, caminando siempre en los senderos de lo oculto, en el filo de lo real y lo irreal. En un periodo álgido de su vida, se entera que su alma no es de esta época, que viene de muy lejos en el tiempo y en la distancia y ha pasado por muchas vidas, para encontrarse ahora con su su gran amor con quien debe cerrar el ciclo Kármico, una Princesa a la que conoció en medio de un mundo maravillosamente fantástico, allá en la zona del mundo donde las cumbres de las montañas acarician el cielo. En todo su camino es acompañado por la presencia mágica de las flores eternas, las embelesadoras y deliciosamente perfumadas lee-zejíes. "Si la reencarnación existe, lo narrado acá fue real, sino, será una novela extrañamente mágica".