Si el ser humano es al mismo tiempo racional y emocional, un proceso consustancial a la naturaleza del hombre, el comunicativo, no puede ser ajeno a esta realidad. De hecho, la comunicación emocional es previa a la comunicación racional. El ser humano, tanto evolutiva como ontogénicamente comienza siendo un ser que siente y después surge una consciencia elemental que posteriormente da lugar a una mente más compleja capaz de pensar y que finalmente le hace ser capaz de utilizar el lenguaje para organizar y comunicar el pensamiento. Nuestra obra pretende llamar la atención sobre la importancia de la comunicación vehiculada emocionalmente y procesada por lo que algunos investigadores han llamado cerebro inconsciente y nosotros preferimos llamar cerebro emocional. La comunicación racional o basada en la argumentación lógica parece no ser suficiente para persuadir y veremos cómo la comunicación que llega “al corazón y a las tripas” resulta extraordinariamente más efectiva.