A medio siglo de distancia de su primera edición este libro mantiene plena vigencia. Su interés proviene de ser obra en la que testimonios de los antiguos mexicanos hablan de su propia historia, sus ideales religiosos y guerreros, su pensamiento y su legado cultural. Así, aun cuando nuevas aportaciones arqueológicas e históricas han revelado creaciones antes no conocidas de los mexicas, la palabra de estos en crónicas, poemas y cantares, debidamente presentada por Miguel León-Portilla, que la ha traducido del náhuatl, perdura hasta el presente.