Tienen en sus manos un texto gestado en uno de los momentos más terribles de la historia de nuestro planeta. En ese momento, a pesar de las penurias materiales, la guerra y la ocupación, hubo unos hombres y mujeres que fueron capaces de ponerse de acuerdo en imaginar un mundo mejor. En plena guerra, se preguntaban: ¿y por qué hacemos la guerra? Que haremos cuando ganamos? ¿Cómo debe ser el nuevo país? o mejor dicho, la nueva República, ya que la forma republicana era incuestionable. Como dice Hessel, en el ya citado indignaos!, Como es posible que ahora nos digan que no hay dinero para financiar el estado del bienestar, cuando de hecho, como idea se pensó en plena guerra y se desplegó durante toda la posguerra europea? Entonces, en 1944 y siguientes, si no había dinero, y en cambio se hizo, y se hizo razonablemente bien en varios países. Que nadie nos engañe, el estado del bienestar es una idea moderna, justo ahora en conmemoramos el 70 aniversario, mientras que el capitalismo salvaje tiene más de 150 años y la explotación del fuerte sobre el débil, del rico sobre el humilde ha estado presente en toda la historia de la humanidad en diversas formas e intensidades. El estado del bienestar es moderno, pero no lo reivindicamos por ello, el reivindicamos porque todo es necesario, es una herramienta de progreso clave para el avance de la sociedad y para la impregnación de los valores de la solidaridad, la justicia y la igualdad.