John Keats, el hombre que siempre andaba con un libro en el bolsillo (como lo describía Cortázar), no solo tuvo el auxilio espiritual de la poesía en sus últimos días, sino también el amor que el poeta manifestaba por la naturaleza y por el esteticismo que siempre tiene un valor moral. Ese yo lírico que, en Oda a un ruiseño r, se eleva entre los árboles y compara la eternidad de la naturaleza y la trascendenc