Los soldados deben estar preparados para utilizar los diferentes niveles de la fuerza en un entorno donde los conflictos pueden cambiar de intensidad en cuestión de horas. Muchas de las operaciones militares, tales como las misiones de mantenimiento de la paz o de evacuación de no combatientes, pueden restringir el uso de armas letales. La formación en el combate cuerpo a cuerpo puede salvar vidas en un enfrentamiento inesperado.