Vivimos tiempos en los que el pasmo se convierte en rutina. Nosdesayunamos con noticias que no hace mucho eran consideradasinveros¡miles, pol¡tica-ficci¢n del peor gusto que habr¡a arruinado la carrera del m s reputado guionista. Profesores expedientados porense¤ar que el sexo est determinado por un par de cromosomas, cuentas de twitter suspendidas por afirmar que la hierba es verde, violadores convictos que dicen ser mujeres para ser trasladados a una prisi¢nfemenina donde violar a unas cuantas reclusas, estatuas de sanJun¡pero Serra derribadas por ®justicieros¯ descendientes de lospuritanos que masacraron a los ind¡genas norteamericanos, mujeresdeportistas que ven c¢mo su puesto en las Olimpiadas es ocupado porcompetidores con genitales masculinos, inocentes pel¡culasdescalificadas como si fueran horrendas abominaciones (si hasta Dumbo es ahora pol¡ticamente incorrecto!), palabras de toda la vida que, de un d¡a para otro, se convierten en trminos prohibidos que puedenarruinar tu carrera o incluso tu vida...Palabras canceladas. Estatuas canceladas. Libros cancelados... e incluso personascanceladas. Todo debe ajustarse a los moldes de la correcci¢npol¡tica.La pregunta es obvia: ¨nos hemos vuelto todoslocos?