Para contener a su peligroso vecino, el rey de Prusia, Federico II, la emperatriz Maria Teresa de Austria habia firmado un tratado de alianza con Luis XV, y para afianzar esta union, le dio a la mas encantadora de sus hijas en matrimonio para el Delfin de Francia. Maria antonieta llego a una corte donde no se pensaba mas que en el juego, la caza y el amor. No tenia experiencia alguna de las amables sinuosidades de aquel gran centro mundano y lo encontro facil a sus caprichos imperiosos, desconcertantes y enormemente atractivos.